Esta es la historia de un automovilista que está cruzando China. Su automóvil se avería, y para en un pequeño pueblo. Resulta que tiene un agujero en el depósito de combustible. 
Hay un artesano en el pueblo que no puede repararlo, pero puede copiar el depósito en un par de horas. El automovilista parte de nuevo con un depósito magnífico. Pero en plena noche, el coche se vuelve a estropear.
El chino había copiado también el agujero.

1 comentarios:

Si es que al final lo copian todo, hasta el agujero.

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